Sin duda una periodista peculiar. No convencional. La Lucía, Luciíta o Chilindrina es una de las periodistas de la televisión más reconocidas en el país. Se dio a conocer por hostigosa con los políticos y por sencilla con el pueblo. Querida por unos, mal vista por otros, Lucía Pineda Ubau, de 35 años, ya no será vista por sus fieles televidentes en Canal 2. El pasado jueves fue su último día frente a las cámaras de ese Canal. Pineda regresa a “la vecindad” a la que perteneció una vez. Sólo que ahora esa vecindad ha crecido y ella ocupará otra posición. El Canal 100% Noticias será nuevamente la casa de esta singular periodista.
¿Qué es lo que más vas a extrañar de Canal 2?
Estar en Canal 2 te da bastante proyección a nivel nacional, la señal llega a casi todo el territorio nacional y voy a extrañar esa proyección. Pero como ya tengo 14 años de andar en el medio, ya como que me quedé en la psiquis de la gente, me conocen como la Lucía, la Luciíta o la Chilindrina. No me recuerdan sólo por trabajos que hice en Canal 2, también se acuerdan de trabajos de 1998, cuando cubría fuerte la política en 100 % Noticias. De hecho, yo inicié mi carrera en política.
¿Siempre te gustó la política?
Siempre me gustó la televisión y el área política porque quería trasladar el sentir de la población a los políticos. Ser usada por la población, representar a las personas que no tienen acceso a los personajes de la política.
Y revisando los vídeos de mis comienzos me doy cuenta que a veces hacía preguntas ingenuas, tontas para algunos periodistas. Pero en realidad no lo eran, eran preguntas sencillas y comunes que el pueblo se hace y de ahí sacabas una primicia, algo exclusivo. De un detalle salen buenas noticias y creo que eso fue parte del éxito que tuve en política. La gente decía que yo era hostigosa, y realmente era hostigosa, pero era en mi afán de encontrar la verdad.
¿Vos sentís que sos una buena periodista?
Yo creo que sí, porque traslado el sentimiento de la población y la gente lo reconoce. Y a mí no me gusta decir que soy la mejor o la “tuani”, me gusta que lo diga la gente. La gente lo dice, ¡qué bien! Lo agradezco y me siento satisfecha por eso.
Y aparte de esa manera de ser hostigosa, ¿qué te ha hecho destacar entre los demás periodistas?
La perseverancia. Yo era una chavala que preguntaba demasiado, y los demás periodistas se quejaban. Yo quería que el entrevistado me contestara todo lo que yo quería.
¿Y cómo lograste tener esa conexión bien fuerte con los televidentes?
Hay que ser humilde, saludar a la gente, escucharla. A mí me detienen en el súper, en el banco, en el semáforo y escucho al vende chicle, al vende agua helada... a todo el pueblo. Si vos los escuchas, ellos te van a amar. Y la gente ve resultados. Yo vi tantos casos de periodistas que les vale, que suben el vidrio, que no dan un buenos días.
UN NUEVO CAPÍTULO
Lucía asegura que cierra el capítulo contenta y con final feliz para abrir uno nuevo llena de entusiasmo y con proyectos nuevos.
“Me voy feliz y en paz con los jefes, aprendí muchas cosas en Canal 2. Me voy a 100 % Noticias porque me ofrecieron ser jefa de prensa y acciones en el Canal”.
“El 100% Noticias de antes no es el mismo de hoy. Antes alquilábamos un espacio en un Canal y nos corrían. Los dueños de los canales querían que dejara a Miguel (Mora, propietario de 100 % Noticias). Uno me ofreció un carro y mil dólares, pero yo me iba con Miguel porque soy leal. Miguel es mi amigo, mi hermano. Ahora ya el proyecto es más grande, es un Canal de noticias, es una enorme responsabilidad. Hay otros proyectos de hace un programa sabatino...”.
“En Canal 2 tuve la proyección, pero no sólo puedo vivir de eso. Necesito más dinero y voy a ser socia de la empresa, voy a tener otro cargo”.
Cuando entraste a la televisión, ¿no tuviste miedo de que te afectara el prejuicio de que en la pantalla sólo caben las modelos?
No me preocupó porque pegué. Yo era una niña, usaba unos lentes enormes, no me arreglaba, era una Chilindrina (risas).
¿Te molesta que te digan Chilindrina?
Fue Arnoldo Alemán quien me lo puso en 1995. Yo no me molesté. Ya después todo mundo me decía así, agarré vuelo. Arnoldo me dijo así por decirme una grosería, y ya después me dijo que gracias a él yo era famosa. Pero llegamos a un acuerdo que no nos teníamos que decir ni Chilindrina ni Don Barriga. A veces se miraba como una guerra, pero yo sólo quería conocer su verdad.